Jugar i jugar castellà


noviembre 28, 2010, 9:33 pm
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Hablamos de nuestros productos

¿Por qué también tenemos esto?

A menudo, clientes y amigos nos han preguntado por qué no tenemos, en nuestra selección, espadas, ballestas o escudos. Durante mucho tiempo hemos pensado que estos llamados “juguetes bélicos” incitaban o legitimaban de algun modo la agresividad y creíamos, como mucha otra gente, que ofrecer estos materiales simbólicos se podría considerar una aceptación de la violencia.

Formándonos sobre desarrollo infantil, hemos aprendido que alrededor de los 4 o 5 años, se despierta en muchos niños y niñas la necesidad de experimentar entorno al impulso de protección, de refugio, de defensa: aparecen entonces espadas, armaduras, castillos, murallas. Estas vivencias forman parte de la historia de la condición humana, de nuestra memoria ancestral y colectiva, que los pequeños heredan y necesitan recrear para integrar.

También en esta edad se desarrolla progresivamente la conciencia del mal, y el impulso interno de experimentar la lucha entre iguales. Eso nos conduce a exporar la autoseparación, la medición de fuerzas, el conocimiento de los límites y la propia fuerza física y psicológica. El juego simbólico, con sus cualidades de representación y de roles, permite esta exploración de la fuerza y de la rivalidad, de una manera saludable. Se trata de un terreno simbólico, justamente el que permite cruzar límites de violencia fictícia, simulada o en cualquier caso mesurada, que de otro modo no serían aceptables. En este contexto, se hace posible esta transgresión, y solamente el juego libre puede otorgar los acuerdos y los permisos necesarios para explorarla. Los pequeños, entonces, pueden experimentar entre iguales, o adaptarse también cuando juegan a luchar con un niños menores que ellos: es habitual ver como, en este caso, miden mucho más su contundencia física que no en una lucha entre iguales.

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Así es como los arquetipos del caballero, del rey, las simbologías de la espada, el escudo, la corona, el castillo, tienen importancia y valor porque pueden representar las fuerzas contrapuestas del bien y del mal, de la protección, del poder, de la fuerza. En Catalunya, Sant Jordi es un ejemplo muy rico de figura que lucha contra un dragón (las fuerzas maléficas, involutivas).

El adulto que acompaña puede ofrecer situaciones preparadas y ayudar a crearlas: escenificaciones, juegos, representaciones de cuentos, donde niños y niñas juntos, en situación guiada, puedan vivir todos los personajes posibles, sin juicio de ningún tipo; porque en situaciones con contención y facilitación del adulto, ellos y ellas indistintamente puedan experimentar los roles de caballero y de princesa, con todo lo que conllevan.

Los instrumentos de lucha son un apoyo formal al servicio del juego simbólico, y por esta razón los niños se los fabrican con palos, ramas, escobas o tubos de cartón. Estos juegos de confrontación física tienen una dinámica diferente cuando se dan entre iguales y cuando son entre niño y adulto. En este último caso (en el cual la medición de fuerzas no es real), es importante que los límites establecidos sean muy claros, para que nuestras luchas resulten saludables y gratificantes.

Por otra parte, la fuerza física y la lucha forman parte de nuestra realidad. No hablamos aquí de las formas que adopta, de sus manifestaciones o de las causas que la provocan, sinó del diseño humano real que nos configura, de la agresividad y de la fuerza como rasgos definitorios de hombre y de mujer. Y, sobretodo, hablamos de cómo acompañamos, con límites claros, con mirada honesta y no con falsos juicios de valor, el desarrollo infantil saludable con todas, no sólo las que están bien vistas, todas las características que nos otorga el hecho de ser humanos y de vivir juntos.



noviembre 20, 2010, 10:53 pm
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Hablamos de nuestros productos

Trepar, saltar, columpiarse

Claudio Sourrue

¿Os habéis fijado alguna vez en la mirada de un niño que, por sí solo, consigue subirse a lo alto de un árbol, de una valla, de una roca grande o de una pequeña duna en la playa?

Los niños y niñas necesitan imperiosamente moverse, encaramarse, probar a saltar y caer en la hierba, en un suelo de madera, en un colchón. No es extraño ver a niños y niñas encaramarse a los lugares más inverosímiles: vallas del parque, barras de paso del supermercado, estanterías o sofás en casa, farolas, papeleras, barandillas y rejas de los portales.

Trepar, columpiarse, son juegos que les permiten concentrarse, conocerse físicamente, explorar la propia fuerza y habilidad, poner los cinco sentidos en el movimiento y la coordinación.

Claudio Sourrue

A menudo, los niños y niñas son bombardeados con una cancioncilla adulta inquietante: No corras, no te subas ahí, te vas a caer, ten cuidado, esto no es para tí, no subas, no bajes por aquí, no saltes tan alto…no….no…no me hagas sufrir. A pesar de esta presión contraria y debilitadora, los pequeños persisten, lo intentan mil veces, repiten, no se dan por vencidos. Es más: dentro de su maravillosa capacidad de autoregulación para repartir su energía vital, siempre priorizan el movimiento: se trata de una necesidad esencial para su desarrollo saludable. Simplemente, un niño que siempre está quieto es un niño enfermo.

A menudo, los padres y las madres pensamos que para hacer todo esto hay que ir al parque, donde hay zonas preparadas y estructuras pensadas para poder subir, bajar y deslizarse. Y poca cosa más, porque de hecho, las estructuras de juego de los parques urbanos, especialmente diseñadas ara los niños, resultan muy limitadas.

Claudio Sourrue

Nosotras creemos que, sin duda alguna, el mejor lugar para experimentar con el movimiento es la naturaleza, nuestro medio natural: el bosque, la playa…pero muchos de nosotros no podemos acceder a ella de forma cotidiana. Por eso, desde Jugar i Jugar proponemos el acondicionamiento de algun espacio de la casa para que los pequeños y pequeñas puedan trepar.

Una escalera de cuerda, un columpio blando, una cuerda de nudos, una hamaca o una tela resistente y larga, son buenas opciones para facilitar y permitir este riquísimo abanico de juegos de movimiento corporal. Si nos atrevemos, veremos que no es tan difícil. ¡Un gancho en el techo y un mosquetón pueden hacer maravillas!



noviembre 16, 2010, 12:27 am
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Crónicas del Juego

Un taller, unos materiales, muchas esperanzas

Claudio Sourrue

Hace algunos días organizamos en Barcelona un Taller de Materiales Evolutivos, en dos sesiones de un formato de 4 horas, dirigido a maestros de Primaria, psicomotricistas y profesionales de la educación en general. Nuestro propósito era dar a conocer y difundir unos materiales concretos y el pensamiento que los motiva. Montse Camps nos inició en los trabajos de E. Hengstenberg sobre el movimiento, Marco y Betzabé (www.montessoricanela.es) nos expusieron brevemente los materiales Montessori, y nosotras mismas hablamos de lo que nos apasiona: los materiales abiertos, evolutivos, que acompañan y alimentan el desarrollo y el juego de calidad de los pequeños, así como la importancia del condicionamiento de espacios en los entornos educativos.

Claudio Sourrue

La experiencia de este taller fue especialmente importante para Jugar i Jugar: cincuenta participantes en cada sesión: educadores, pedagogos, miembros de Ampas y de proyectos educativos de nueva creación, decidieron venir a conocer, escuchar, tocar y jugar con materiales y juegos…un viernes por la tarde, o un sábado por la mañana, movidos por el interés, la inquietud y la pasión por la tarea de acompañar a los pequeños. Nosotras pusimos los cinco sentidos en montar una exposición generosa, atractiva y variada, y la última hora del taller estuvo dedicada a recorrer libremente, experimentar y jugar con todos los materiales distribuidos por el espacio. Ver a los adultos manipulando, jugando, creando, presentes y absortos en la actividad, es un placer que no tiene precio.

Nos sentimos muy agradecidas y afortunadas por los comentarios, las propuestas, las demandas y las sugerencias recibidas de los participantes.

También queremos agradecer a Joan Domènech la colaboración de la escuela Fructuós Gelabert en toda la organización.

Claudio Sourrue

Esta edición del taller ha sido tan satisfactoria, que nos permite creer que una mirada respetuosa y abierta hacia el desarrollo de los niños, cuenta con muchas complicidades y que tenemos, a partes iguales, tanto camino por recorrer como ilusión por hacerlo juntos. ¡Gracias!



noviembre 8, 2010, 5:04 pm
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Delicatessen

Grimm's


No hay nada que los humanos hagamos, conozcamos, pensemos, esperemos o temamos que no haya sido ensayado, experimentado, practicado o anticipado durante la etapa del juego infantil.


Heidi Britz Crecellus