Jugar i jugar castellà


Recuperar las calles como espacio de juego
May 27, 2013, 10:52 pm
Filed under: Especial Jugar i Jugar

tonucci

¿Dónde están los niños cualquier día entre las 5 y las 8 de la tarde? Algunos en casa, otros haciendo extraescolares y otros en el camino para empezar a hacerlas. Encontraremos pocos niños solos por la calle, y si encontramos alguno seguramente pensaremos que sus padres son irresponsables e inconscientes.

Pero lo cierto es que cuando los niños superan los 7 años, necesitan más autonomía y privacidad para jugar. Antes era la edad en que empezaban a salir a jugar solos en la calla. Actualmente, como la calle se considera peligrosa, es la edad en que empiezan a pedir que sus amigos vayan a casa a jugar. También es la edad en que los padres, si no lo han hecho ya, comiencen a buscar todo tipo de extraescolares para hacer de las tardes un rato ocupado, divertido y provechoso. Y también es el momento en que si los padres no encuentran una actividad lo suficientemente atractiva, los niños empiezan a aficionarse a los juegos virtuales, que más adelante les permitirán “relacionarse” y “jugar en equipo” con otros niños.

Entre los 8 y los 11 años, los niños y niñas tienen muchas capacidades adquiridas a nivel social, corporal y madurativo. Tienen unos gustos bastante definidos y suelen saber qué quieren hacer y con quién quieren hacerlo. También están cargados de energía y en pleno crecimiento. Al cuerpo de un niño de estas edades le hace falta movimiento y su organismo necesita poner en funcionamiento las habilidades que ha ido adquiriendo a lo largo de los años previos. Asistir a una extraescolar en la que pueda llevar a cabo un deporte es muy positivo a nivel corporal. Pero… ¿y las competencias sociales? ¿y su proceso madurativo personal? ¿y su autonomía?

Hicimos un pequeño experimento y asistimos como observadoras a diferentes tipos de extraescolares para niños y niñas de 6 a 10 años: fútbol, básquet, patinaje artístico, danza contemporánea y clases de música. Lo que nos interesaba observar era si los niños podían poner en práctica sus competencias sociales mientras practicaban alguna de estas actividades bajo la dirección y observación de su maestro o entrenador.

Observamos que los niños con frecuencia intentaban tener conversaciones y jugar con sus compañeros, pero normalmente era invitados a no distraerse y a centrarse en aquello que se tenía que hacer. Al acabar la actividad, la dinámica cambiaba y la mayoría de niñas y niños empezaban a hablar, a hacer bromas y en algunos casos a jugar, hasta que llegaban los padres, normalmente con cierta prisa por ir a casa a hacer deberes, cenas, etc.

futbol

Hablando con los propios niños y niñas, algunos nos compartieron cosas valiosas y muy interesantes como: “A mi me gusta jugar a básquet, pero no me gustan nada los entrenamientos”, “A mi me encanta bailar, pero es muy aburrido ensayar desde el mes de marzo la coreografía que haremos en el festival de fin de curso” o “Yo quiero aprender a tocar la guitarra tocando canciones, no repitiendo mil veces lo mismo”.

En respuesta a eso, los adultos podemos hacer la lectura políticamente correcta de que hace falta entrenar si quieres jugar bien, hay que practicar mucho si quieres tocar bien la guitarra, hay que comprometerse a acabar una actividad que ya esta pagada y, en definitiva, que sin esfuerzo no vamos a ningún sitio y seguramente es cierto. Pero no debemos olvidar que esfuerzo y sufrimiento no son sinónimos.

Nosotras creemos que los niños empiezan demasiado pronto a hacer extraescolares, antes de haber podido experimentar sin presión diferentes actividades para saber qué aptitudes e intereses tienen.

Hasta hace no muchos años, los niños tenían ocasión de llevar a cabo esta experimentación con otros niños y niñas de diferentes edades en la calle, en la que podían cambiar libremente de actividad y no estaban ligados por normas ni horarios. Una vez descubierto el interés, con 9, 10 u 11 años, podían apuntarse a una extraescolar y perfeccionar su talento con esfuerzo pero sin sacrificio, porque la motivación por hacer la actividad ya había llegado intrínsicamente (es decir, que salía desde dentro y no era impuesta desde fuera).

joc carrer

Pero ésta no es la principal ventaja de jugar en la calle. Jugando en su propio barrio los niños pueden decidirlo todo:

1. A qué juegan.
2. Con quién juegan
3. Cuánto tiempo juegan
4. Iniciar discusiones y acabarlas pacíficamente (y a veces no tan pacíficamente).
5. Enfrentarse con adultos por alguna travesura.
6. Asumir riesgos a su medida.
7. Tener conversaciones privadas y profundas sobre preocupaciones propias de su edad.
8. Explorar con los límites.
9. Ejercitar su cuerpo con esfuerzo pero sin sufrimiento.

niños jugandoFoto de Mitya Ku

La cantidad de competencias y habilidades que hay que poner en práctica mientras se juega en la calle es muy larga y seguramente nos dejamos cosas importantes, pero lo que es evidente es que permite hacer una cosa vital para la supervivencia de cualquiera: conocerse a uno mismo, conocer los propios límites y capacidades, y ponerlos en práctica.

sunjournalFoto de sunjournal

¿Y qué pasará con nuestros niños de ahora, tan protegidos, tan en casa y asumiendo tan pocos riesgos? Quizás haga falta echar una ojeada a nuestros adolescentes, que con frecuencia llegan a la adolescencia inmaduros y con una falta de experiencias que habrían sido vitales para su desarrollo. Cometemos un error muy grande pensando que cuando sean grandes ya se espabilarán y serán más maduros y tendrán la capacidad de asumir riesgos sin estamparse, nos equivocamos si no entendemos que han de poder poner antes en práctica las competencias que les permitan afrontar la vida con más seguridad y madurez. Sino, llegan a la adolescencia y entonces los lanzamos al vacío y les pedimos una autonomía que no han desarrollado. O por el contrario, continuamos intentando sobreprotegerlos mientras ellos se revelan contra el exceso de control y se atreven con experiencias límite para las cuales no están preparados. Cuando nos encontramos un adolescente “difícil”, hay que revisar cuales fueron sus vivencias con 8, 9, 10 años…

Es una realidad complicada, pero solo los padres y madres podemos cambiarla. Hay que revisar nuestros miedos, ponerles nombre y trabajar con datos reales: ¿quizás hablamos con demasiada ligereza de secuestros, de peligro en las calles?. Decimos que los niños de ahora ya no son tan espabilados y responsables… ¡como si no fuera responsabilidad nuestra que lo sean!

niñasFoto de Mitya Ku

Excusas podemos encontrar debajo de las piedras, pero lo que esta claro es que quienes debemos ponernos manos a la obra somos las familias porque los políticos no harán nada mientras no exista un cambio y una demanda social. Todos tenemos el derecho y la necesidad de poder circular con libertad y seguridad por nuestras calles y los niños deben poder ejercer su derecho a jugar en su barrio, y tienen derecho a hacerlo con seguridad y con autonomía. Eso no es solo necesario para el bien de nuestros hijos: ver a niños jugando en las calles es garantía de salud del barrio y de bienestar para todos los miembros de la comunidad.

Las propuestas de Francesco Tonucci recogidas en el libro La Ciudad de los Niños pueden ser un buen principio si tenéis ganas de hacer cosas a nivel de barrio.

Pero quizás todo empieza por sacudir nuestros miedos y si nos es posible, dejarlos ir solos caminando hasta la escuela, o desapuntándolos de la actividad que menos les gusta para dejar un día libre que permita quedar con unas cuantas madres y padres a la salida de la escuela y proponerles recoger a los niños en otra plaza un par de horas más tarde…

roberto

Foto de Roberto Verzo

Alguien robó a los niños el derecho de ocupar sus calles para jugar y los padres y madres lo hemos aceptado. Ahora, toca volver a normalizar el juego en las calles.


17 comentarios so far
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Excelente la reflexión que propones sobre el juego y la libertad de poder ejercerlo sin vigilancia, asumiendo los riesgos propios de un niño sin amenazas externas… recuerdo mi infancia y lo presente que estuvo el juego en la calle sin vigilancia.. es cuestión de luchar por conseguir recuperarlo! Difundo!

Comentarios por Ernesto.

Gracias por hacer difusión Ernesto.

Un abrazo y feliz día internacional del Juego

Comentarios por jugarijugar

M’encanta tot el que dieu en aquesta entrada. Nosaltres hem anat a viure a un poble on gairebé tot el que comenteu és possible. Felicitats, enhorabona i tant de bo s’encomani l’entusiasme perquè molts pares i mares «adormits» obrin els ulls a aquesta necessitat vital.

Comentarios por Sandra

en la misma linea del artículo este libro imprescindible: el niño y la ciudad de Adriana Bisquert http://books.google.es/books/about/El_ni%C3%B1o_y_la_ciudad.html?id=4PazmQEACAAJ&redir_esc=y

Comentarios por Juan Carlos Gargiulo

Excelente reflexión y mas para los que transitamos la docencia, por ahí también podemos ayudar a las familias a desarrollar la idea… Saludos Leonardo Reser.

Comentarios por Leoreser

Gracias Leonardo, sin duda vuestra colaboración es valiosísima. GRACIAS!

Comentarios por Claudia y Carmen

Estoy totalmente de acuerdo, que se podria hacer…

Comentarios por kreegah

Este es un tema muy comentado en casa. Recordamos con nostalgia los tiempos en que los niños eran dueños de las calles y las aceras estaban llenas de rayuelas hechas con tiza. Los elásticos, la comba, el mate y sota caballo y rey…Hoy las calles, ocupadas por coches y más coches. Los caminos deben volver a ser seguros para que los niños caminen solos a la escuela, para que los padres volvamos a confiar en la ciudad. Principalmente ésta es la desconfianza. Los niños piden a gritos ser autónomos, es una demanda recurrente de mi hijo de 9 años. Francesco Tonucci, Frato, ha sabido retratar sin duda esta infancia sesgada que ahora viven nuestros hijos y también ofrece soluciones estupendas que deben partir y ser reivindicadas por toda la comunidad. Estupendo art´culo. Gracias

Comentarios por Eva B.

Desde siempre me ha interesado el tema del juego compartido, es más, elaboré una tesis titulada «El juego como operación fundante del sujeto» con base psicoanalítica. Es apasionante. Creo que a la mayoría de las cosas que ahora se les llama «juego» no lo son, tendrán esas actividades otros propósitos, pero no el compartir con el otro trascendiendo y aprendienndo de la interacción. En fin, es un tema apasionante, gracias por ponerlo sobre la mesa.

Comentarios por Olivia Mejía de Cárdenas

ME HA PARECIDO TAN ATRAYENTE Y MARAVILLOSO REIVINDICAR EL ESPACIO PARA EL JUEGO QUE TE LO HE COPIADO Y PUBLICADO en el blog de nuestra asociación http://www.geaeducadores.blogspot.com gracias de antemano-

Comentarios por PILAR

Gracias por compartirlo! Cuanto más se hable de ello mejor para todos, sobre todo para ellos, los que dependen de nuestras acciones 🙂

Comentarios por Claudia y Carmen

Estoy leyendo en este momento «la ciudad de los niños» y no puedo más que sumarme a tus reivindicaciones. Los nueve puntos resumen muy bien las ideas principales del texto. Felicidades por el post

Comentarios por gemma

en verdad mi infancia fue jugar en la calle y ahora quisiera eso para mis nietas,vivimos tan llenos de miedo que no se los permitimos…retomemos el juego en la calle hagámoslo por nuestros niños…Felicidades por la sugerencia.

Comentarios por Sandra Romo

«Ancianos y ancianas se sentarán en las plazas de Jerusalén, cada uno con un bastón en la mano, debido a su avanzada edad. Muchachos y muchachas abarrotarán jugando las plazas de la ciudad…» También me sumo a vuestras reivindicaciones que me hacen recordar mi propia infancia y también esas palabras citadas de un viejo sueño utópico de la Biblia hebrea.

Comentarios por davidjpritchard

[…] beneficios y que es sumamente importante, y a partir de cierta edad, debemos facilitar también que se encuentren sin vigilancia adulta con sus amigos y darles libertad y tiempo para que, en definitiva, puedan ser niños y […]

Pingback por 15 DE MAYO. DIA INTERNACIONAL DE LAS FAMILIAS | Jugar i jugar castellà

Nostalgia, qué pena, con el albedrío y alegría que transmitían los niños jugando en la calle. Miren este hermoso vídeo:

Comentarios por luiso




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